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Amour courtois

Amour courtois
Drutz et "midons"
"...Entonces me verás...y mi muerte, más elocuente que yo, te dirá qué es lo que se ama cuando se ama a un hombre..." (Pedro Abelardo a Eloísa)

miércoles, 5 de agosto de 2009

La vida es un peregrinar...


La mentalidad medieval lleva al hombre de este momento histórico y cultural a considerarse como peregrino del mundo. La peregrinatio real es un reflejo de la concepción de peregrinatio amoris o peregrinación de amor. El hombre está sólo de paso en este mundo; su vida es el camino que realiza y al terminar este último, se llega a la meta final: el fin de la existencia terrena y el paso al trasmundo. El moriturus -"el que va a morir"- es el nombre de todos y cada uno de los hombres, ya que la muerte es la gran igualadora en esta sociedad estamental. La peregrinatio amoris es la peregrinación a conciencia, por piedad, de corazón, ya sea para expiar culpas o pecados o para agradecer. Llevaba semanas y meses enteros, ya que se solía hacer a pie, a caballo o en carreta.
Sobre todo a partir de las Cruzadas, había tres grandes lugares de peregrinación, unidos por caminos especialmente trazados y hechos para su vinculación: Tierra Santa en Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. Este último lugar recibe ese nombre debido a los restos del Apóstol que llegaron a la costa de España, en Galicia. El Camino de Santiago, llamado también "el Camino Francés", fue un gran difusor de cultura e influyó en las artes y en la lengua. El nombre "Compostela" proviene de la herencia celta, ya que este pueblo solía guiarse por las estrellas y esta actividad fue transmitida a los primeros peregrinos jacobeos: de allí "campus stellae" o "campo de estrellas".
Por otra parte, a los que seguían este camino de adoración se los llamaba "jacobeos" debido a que "Santiago" proviene de "Sancti Jacobi". Este nombre también se relaciona con Diego y Jaime. La fiesta de Santiago se lleva a cabo todos los 25 de julio, y cuando ese día cae en domingo, la Iglesia proclama "Año Santo Jacobeo", como este 2010.
El que emprendia este viaje hacia Jerusalén recibía el nombre de "palmero" y "romero" si lo hacía hacia la Ciudad de las Siete Colinas. El nombre "peregrino" es más general, ya que proviene de "per agrum", "a través del campo".
Las tentaciones eran grandes, flaco el espíritu y débil la carne. En el camino se cruzaban toda clase de diversiones y posibles aventuras que apartaban al peregrino de su piadosa intención. A menudo, muchos de ellos iniciaban estas romerías para obtener techo y comida, ya que era obligación brindar hospedaje al viajero que buscaba lugares santos. Esta "picardia" de la época se conoce como peregrinatio famis, que implica la peregrinación por hambre. Este personaje se afianzará con el tiempo en la literatura y aparecerá, sobre todo, en la figura del pícaro de la novela española tardomedieval o renacentista, como el Lazarillo de Tormes.
La peregrinación es la concepción del hombre como homo viator, íntimamente ligada al tema de las danzas de la muerte, tan presentes en películas disímiles como "El sentido de la vida" de los Monty Python, "El séptimo sello" de Igmar Bergman, "El cadáver de la novia" de Tim Burton, "Conoces a Joe Black"...

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