¡Ay!, que ay quien más no bive
porque no ay quien d’¡ay! se duele,
y si ay, ¡ay! que recele,
ay un ¡ay! con que s’esquive
quien sin ¡ay! bevir no suele
Ay plazeres, ay pesares,
ay glorias, ay mil dolores,
ay, donde ay penas d’ amores,
muy gran bien si d’él gozares.
Aunque vida se cative,
si ay quien tal ¡ay! consuele,
no ay razónr que se cele,
aunque ay con que s’ esquive
quien sin ¡ay! bevir no suele.
OTRA CANCIÓN DE LA MISMA SEÑORA A UNAS PERDICES QUE LE ENBIARON BIUAS
D’estas aves su nación
es cantar con alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave passión,
sin sentir nadie a mía.
Ellas lloran que se vieron
sin temor de ser cativas,
y a quien eran más esquivas
essos mismos las prendieron.
Sus nombres mi vida son,
que va perdiendo alegría,
y de vellas en prisión
siento yo grave passión,
sin sentir nadie la mía.
OTRO MOTE
Mi dicha lo desconcierta.
GLOSA DE FLORENCIA
Será perderos pediros
esperança qu′es incierta,
pues quanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.
Cresce quando más va más
un quereros que me haze
consentir, pues c′a vos plaze
mis bienes queden atrás.
Mas verés con mis sospiros
la pena más descubierta,
pues quanto gano en serviros
mi dicha lo desconcierta.
Siglo XV.
UNED, “Doña Mayor Arias” en Poesía castellana medieval. En línea:
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