Se trata de un poema épico en anglosajón, lengua madre del inglés, alemán, noruego, sueco y danés; así como el latín es la lengua que dio origen al castellano, gallego, catalán, italiano, francés, provenzal y retorrománico, el anglosajón presenta similares características con respecto a las lenguas germánicas antes mencionadas.
Compuesta en el siglo VIII de nuestra era, es el monumento épico más antiguo de las literaturas germánicas y consta de 3182 versos. Fue descubierto, como afirma Jorge Luis Borges, en 1705 y registrado en un catálogo de manuscritos anglosajones como epopeya de las guerras entre daneses y suecos. Esta definición errónea se debe a las dificultades del lenguaje poético; a principios del siglo XVIII había en Inglaterra eruditos capaces de comprender la prosa anglosajona, pero no de descifrar un poema, escrito en el lenguaje artificial propio.
Atraído por la mención del catálogo, el erudito danés Thorkelín fue a Inglaterra en 1786 para copiar el manuscrito. Se consagró a su estudio por 21 años, a transcribirlo, a prepararlo, con una traducción latina para la imprenta. En 1807, la escuadra inglesa atacó Copenhague, incendió la casa de Thorkelín y destruyó el fruto de tantos años y afanes. El editor se sobrepuso y publicó en 1815 la edición príncipe de Beowulf, que actualmente cuenta como curiosidad literaria.
El pastor danés Grundtvig publicó en 1820 una nueva versión del poema. No había entonces diccionarios de anglosajón, no había gramáticas; lo aprendió de obras en prosa y del mismo Beowulf. Corrigió el texto publicado por Thorkelín y sugirió enmiendas que fueron confirmadas después por el manuscrito original que no llegó a ver, y que provocaron la ira del viejo editor.
Unos 3200 versos integran el poema, que ha llegado casi íntegro a nuestro tiempo. Los personajes son geatas (gautas), daneses y frisios y la acción transcurre en el continente. Ello es índice de que los diversos pueblos germánicos tenías plena conciencia de su unidad. La gente latina era designada por ellos con una palabra hostil, que en Inglaterra sirvió para los galeses (welsch), y en Alemania para los italianos y franceses.
El sentimiento del paisaje, tardío en otras literaturas europeas, hace una aparición precoz en Beowulf.
"Épica" proviene del griego "épos", que significa acción, relato, cuento, y se trata de un género. El poema épico es una narración en verso de extensión amplia que cuenta las acciones de uno o varios personajes que pueden ser míticos o históricos, pero en la imaginación del pueblo que los celebra han adquirido cualidades fabulosas. Es por ello que encontramos personajes históricos, semi-históricos y míticos relacionados con diversos pueblos a los que pertenecen y que veneran su patria, además de estar acompañados por objetos reales o mágicos que los caracterizan. Es así que un collar, un caballo, un cinturón o una espada adquieren dimensiones fabulosas, con nombre, y con características propias. Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador, es dueño de Colada y Tizona y de Babieca (espadas y caballo); Durandal es posesión de Roland. Y si bien Estacón (Hrunting) le es dada por Únferd para matar a la madre de Gréndel, Négling (Nægling) es la espada de Beowulf.
El personaje realiza empresas de conquista, liberación o reivindicación, y el poema suele incorporar elementos sobrenaturales.
Beowulf primero libera, luego conquista; por último se reivindica, pues siempre su nombre legendario y su fama le preceden. Los trolls, como Grendel y su madre, los monstruos marinos y el dragón son los elementos sobrenaturales o fantasiosos que contempla la obra. Como todo poema épico, el texto presenta un personaje que se convierte en arquetipo, modelo o ejemplo de la comunidad, gauta, geata o goda en este caso. Por eso es de autor desconocido, pues se trata de la poesía del pueblo, de elaboración colectiva, que está alcanzando o acaba de alcanzar conciencia de sí mismo como comunidad.
El texto se conserva en un manuscrito llamado "Códice Nowell". El poema tiene su origen en el folklore pagano, en un conjunto de leyendas sobre la figura de Beowulf que fueron reunidas y armadas por un copista cristiano. Este se basó en cantares ya existentes, lo que quiere decir que ya existía un poema sobre Beowulf que se había perdido. Es decir: fue compuesto por un autor pagano con base en canciones y leyendas previas y posteriormente "cristianizado" por un copista.
Para Borges, el anónimo autor era un clérigo del reino de Northumbria, a quien estimularon parejamente la lectura latina y las tradiciones escandinavas. Como cristiano, no podía nombrar las divinidades paganas, pero tampoco habla del Redentor o de los santos. Logra así, acaso sin proponérselo el efecto de un mundo tan antiguo que es anterior a las mitologías y teologías.
Para Borges, el anónimo autor era un clérigo del reino de Northumbria, a quien estimularon parejamente la lectura latina y las tradiciones escandinavas. Como cristiano, no podía nombrar las divinidades paganas, pero tampoco habla del Redentor o de los santos. Logra así, acaso sin proponérselo el efecto de un mundo tan antiguo que es anterior a las mitologías y teologías.
Origen y fijación del texto por escrito:
En la literatura anglosajona, la aparición de la poesía es anterior a la de la prosa. Cada verso tiene un número indeterminado de sílabas y se divide en dos secciones, cada una con dos acentos rítmicos. No hay rima, ni siquiera asonancia; el principal elementos del verso es la aliteración, es decir, la sucesión de palabras que empiezan con la misma letra, generalmente tres en cada línea (dos en la primera mitad y una en la segunda).
Las vocales aliteraban entre sí; el hecho de que los acentos rítmicos fuera cuatro y las aliteraciones tres, sugiere que lo primordial eran los acentos y que las aliteraciones servían para marcarlos. Esta regla, bastante rigurosa en los textos clásicos, fue descuidándose con el tiempo.
Los nombres habituales de las cosas no siempre se prestaban a la obligación de aliterar; fue necesario reemplazarlos por palabras compuestas y los poetas no tardaron en descubrir que éstas podían ser metáforas.
Como poema épico, y al igual que el Poema de Mio Çid, también tiene epítetos épicos, y kenningar, rasgo característico de la poética anglosajona. Se trata de metáforas especiales, por las cuales se nombra a las cosas por su similitud y en forma poética. El propio nombre del protagonista no es sino un kenning. Es que no se trata de un "nombre", sino de un epíteto o apodo. Si bien no hay criterios unánimes al respecto, ya que los críticos no se ponen de acuerdo, es sumamente probable que se trate de beo ('bee') "abeja" y wulf ('wolf') "lobo". Es decir: "lobo de abejas", epíteto épico o kenning de "oso", animal que se caracteriza por su fuerza. En Beowulf encontramos:
Las vocales aliteraban entre sí; el hecho de que los acentos rítmicos fuera cuatro y las aliteraciones tres, sugiere que lo primordial eran los acentos y que las aliteraciones servían para marcarlos. Esta regla, bastante rigurosa en los textos clásicos, fue descuidándose con el tiempo.
Los nombres habituales de las cosas no siempre se prestaban a la obligación de aliterar; fue necesario reemplazarlos por palabras compuestas y los poetas no tardaron en descubrir que éstas podían ser metáforas.
Como poema épico, y al igual que el Poema de Mio Çid, también tiene epítetos épicos, y kenningar, rasgo característico de la poética anglosajona. Se trata de metáforas especiales, por las cuales se nombra a las cosas por su similitud y en forma poética. El propio nombre del protagonista no es sino un kenning. Es que no se trata de un "nombre", sino de un epíteto o apodo. Si bien no hay criterios unánimes al respecto, ya que los críticos no se ponen de acuerdo, es sumamente probable que se trate de beo ('bee') "abeja" y wulf ('wolf') "lobo". Es decir: "lobo de abejas", epíteto épico o kenning de "oso", animal que se caracteriza por su fuerza. En Beowulf encontramos:
- camino de las velas, camino del cisne: el mar
- la taza de las olas, la ruta de la ballena: el mar
- la candela del mundo, la alegría del cielo: el sol
- la piedra preciosa del cielo: el sol
- la madera del júbilo: el arpa
- el residuo de los martillos: la espada
- el compañero de la pelea, la luz de la batalla: la espada
- la tormenta de hierro, el juego de las espadas: la batalla
- la amenaza del anochecer, el guardián del tesoro: el dragón
- la morada de los huesos: el cuerpo
- la tejedora de paz: la reina
- el áureo amigo de los hombres, el jefe de hombres: el rey
- el jefe de los hombres, el señor de los anillos: el rey
- festín de cuervos: la batalla
- cisne del mar: la ballena
- manzana del pecho: el corazón
- marea de la copa: la cerveza
- el caballo de las olas, el caballo del mar: la nave
- el morador de los bosques: el lobo
- el juego de los escudos, el vuelo de las lanzas: la batalla
- la serpiente de la guerra: la lanza
- la alegría de los guerreros: Dios
No mencionar directamente las cosas era casi un deber.
Según su estructura, tiene 4 cantos:
- I: Gréndel
- II: La madre de Gréndel
- III: El regreso
- IV: El dragón
Excluidos algunos episodios secundarios, la gesta de Beowulf consta de dos partes, que coinciden con dos grandes momentos en la vida del héroe:
- Hérot: castillo del rey Hródgar, en Dinamarca; su nombre se debía a los adornos en forma de cuernos de ciervo;
- cueva de Gréndel y su madre: es el dominio de lo natural; representa la lucha del hombre contra la naturaleza;
- cueva del dragón: en oposición a los castillos de Hérod y de Beowulf ya anciano; es el espacio dominado por las riquezas materiales.
La participación de un dragón en la epopeya de Beowulf parece disminuirla a nuestros ojos. Creemos en el león como realidad y como símbolo; creemos en el minotauro como símbolo, ya no como realidad; pero el dragón es el menos afortunado de los animales fabulosos. Nos parece pueril, contamina de puerilidad las historias en que figura. Conviene no olvidar, sin embargo, que se trata de un prejuicio moderno, quizá provocado por el exceso de dragones que hay en los cuentos de hadas.
La sangrienta fábula de este héroe es menos importante que el contexto en que ésta se produce; como en las epopeyas homéricas, las hazañas de la espada y la aniquilación de los monstruos interesaban menos al poeta que la hospitalidad, la lealtad, la cortesía y los lentos discursos retóricos. Borges advierte el notorio influjo de la Eneida en la famosa descripción de la ciénaga de Grendel. Y esto se debe al carácter clerical del poeta, empapado de lecturas latinas.
El germanista inglés W. P. Ker ha negado la unidad de la gesta de Beowulf; bastaría con considerar al dragón, al Gréndel y a la madre de Gréndel símbolos o formas del mal. La historia sería en tal caso la de un hombre que cree haber sido vencedor en una batalla y que, después de muchos años, tiene que librarla de nuevo y en la que no resulta victorioso. Es la fábula de un hombre a quien alcanza finalmente el destino y de una batalla que vuelve.
Grendel, hijo remoto de Caín, sería de algún modo el dragón. Esa sería la unidad negada por Ker. Tal- afirma Borges- es el argumento que entrevió el poeta de Beowulf o hacia el cual escribió.
Hay pocos argumentos posibles; uno de ellos es el del hombre que da con su destino; Beowulf sería una forma rudimentaria de ese argumento eterno.
Respondiendo a la inter e hipertextualidad, un fragmento de Beowulf, relatado por un bardo- o quizás un escalda- es el del episodio de la trágica historia de Hildeburh, princesa de Dinamarca, cuyo marido, rey de los frisios, mata a su hermano que ha dado muerte a un hijo de los dos. Este fragmento se lo conoce como Finnsburh, contemporáneo de Beowulf y que abarca unos 50 versos.
(Borges, Jorge Luis. Literaturas germánicas medievales.Buenos Aires, Emecé, 1978)
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